miércoles, 19 de abril de 2017

MAESTRA Y PASAJERA EN LA TRAVESÍA


Hay momentos tan históricos en la vida del ser humano que merecen un aplauso. Son esos en los que en un instante, te das cuenta que el viaje en solitario durante la travesía es necesario para empaparte del agua que salpica por la borda entre la bravura del océano y los rayos del sol que te calientan mientras, meditas la vida y sus circunstancias. Hay una mujer con la mirada perdida en la proa buscando el horizonte, soñando de que llegará pronto a puerto. Es cuestión de paciencia y tiempo. No necesita consejos, ni fuga de ideas ajenas, sólo el silencio y la perseverancia en la travesía sin miedo al viaje. Todo llega en su momento y entre sus pensamientos observa la soledad, maestra y pasajera imprescindible del barco para llegar a buen puerto.
La bandera del barco es el amor que lleva en su corazón
como valentía y fortaleza instaurada en sí para ser sal de vida entre las gotas del mar.

Irma Ariola Medina ©  
Fotografía: Google


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